sábado, 13 de octubre de 2007

Lágrimas que anuncian conclusiones, manos que no dan sin
recibir. Gritos que se esconden en canciones, sillas que no son para escribir.
Caras divorciadas con la vida, tardes navegando en un café, ricos que descansan
en la envidia como aquel ánima que invita a ser infiel.
Naranarana…
Sueños que no duermen sin su almohada, pájaros que avisan que
se van, árboles que plantan sus miradas, besos listos para embotellar. Desnudar
almendras con los dedos, enjaular a un grillo sólo por llorar, dibujar el frío
de un lamento, cosechar sonrisas para regalar.
Naranarana…

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